Siempre doy un paso adelante y tres pasos atrás. Te llamé hoy por teléfono para preguntarte como estabas. Te hablé de forma natural y aún así conseguimos arruinar el momento. Me has trastornado mis pensamientos. Detesto el poder que tienes en mi mente y cómo vuelvo a casa con lágrimas en los ojos. Siempre doy un paso adelante y tres pasos atrás. Soy el amor de tu vida hasta que decides que ya has tenido suficiente. Me quieres o me odias, no te decides y no lo entiendo. Nunca he dudado tanto de mi misma, pero de una forma masoquista sigo volviendo a ti. Siempre que avanzamos un poco, retrocedemos mucho más, ¿Dije algo que no debía? ¿Hice algo mal? Quizás fui yo, quizás fuiste tú. ¿Me acercarás a casa cuando se haga de noche o me dejarás antes de salir? ¿Qué tipo de amor me ofrecerás hoy? ¿Será dulce o amargo? ¿Será una verdad o será una mentira? Siempre doy un paso adelante y tres pasos atrás. O me quieres, o me odias. O avanzamos o retrocedemos. O soy el amor de tu vida o so...
And so it came again, just after one year. The dreaded moment to say goodbye, pack up, load the car, leave the keys and drive away. I drive slowly to avoid the unavoidable and I am dragged down by the impossible tetris assortment of luggage in the back seats. To an outsider I am that annoying driver who’s doing 30 in country lines and pretends no one can notice her singing out loud followed by uncontrollable tears. But I embrace the movie cliché and I find myself looking out for the beauty in sadness, the hope in the exasperation, the fear of the unknown. And in that moment I tell myself that I will be fine as I am brave. I am probably taking this quote from someone else, so please excuse the copyright when I say that “to be brave is to have fear of doing something and then doing it regardless”. Closing this chapter brings me fear but at the same time and in all honesty, I am ready to move on from this academic year, which has been one of a kind. I suffered from my health, physic...