Bonjour!
Ahora mismo me
encuentro en Barcelona, esperando mi vuelo a Madrid donde (por fin, tras 7
meses) veré a mis padres y volveré a casita J Así, en un aeropuerto cierro otro pequeño
capítulo de la vida.
Tras mi etapa
‘language assistant’ en Londres me embarqué directamente en otra, la
experiencia ‘au pair’, en Francia. Esta última aventura ha sido corta, tan solo
dos meses, sin embargo si contara todo lo que he aprendido, vivido, visitado y
comido, equivaldría a un periodo mucho más extenso. En definitiva, estos dos
meses han sido intensos, estresantes a ratos, pero entretenidos al fin y al
cabo.
Primero hablaré
un poco de la región donde he estado. Mi familia de acogida vive en un
pueblecito de 2000 habitantes en la Riviera de Auray, en el Golfo de Morbirán,
en el sur de la región de la Bretaña, que a su vez se localiza al noroeste de
Francia.
La verdad es que
no me imaginaba que sería tan bonito. El Golfo de Morbirán está repleto de
pequeñas playas y pueblecitos costeros con mucho encanto. A pesar de que hay
playas muy buenas la zona no está muy explotada turísticamente (tal vez porque
el tiempo puede ser un poco imprevisible). Por este motivo, la región conserva
sus paisajes naturales, sus bosques y sus playas más salvajes.
Además, la gente
es bastante acogedora. Cosas que me han sorprendido:
1.
La
gran cantidad de alineaciones y túmulos neolíticos.
3.
Se
dice que siempre está lloviendo. Bueno, la verdad es que al principio hizo mal
tiempo, pero las dos últimas semanas el tiempo no tenía nada que envidiar al de
España y la temperatura del mar era aceptable para darse un chapuzón.
4.
Las
mareas. Hay muchísimo movimiento de mareas que marcan mucho el paisaje.
5. ¡¡Hay más mantequilla salada que dulce!!
En general han
sido dos meses muy activos, una combinación de trabajo, turismo y por supuesto
inmersión lingüística. La familia era muy simpática. Con los niños he tenido
algunas disputas pero por lo general nos entendíamos y jugábamos a gusto. Al
principio costaba un poco adaptarse a los horarios y al ritmo diario pero tras
2 semanas todo comenzaba a asentarse un poco.
Quiero destacar
un poco la visitar al Monte St Michel, ya que como dice el dicho, ‘ver el monte
st michel, y morir’. El monte St Michel es un pequeño pueblecito turístico que
se eleva alrededor de un monte que está rodeado de agua y es accesible cuando
hay marea baja. En lo alto del monte hay una abadía y el resto del pueblecito
está repleto de tiendas turísticas y restaurantes. Lo que más me impresionó fue
ver el monte desde la distancia y todo el camino en coche hasta que te
encuentras ya muy cerca.
Y a la pregunta,
¿recomendarías irte como au pair? Mi respuesta es si, pero tal vez para mucho
tiempo es mejor una ciudad grande donde puedas encontrar a gente de tu edad y
con una familia pequeñita para que no andes todo el día estresado/a.
À PLUS
Natalia
Sounds like it was such a nice, though hard working time! I'm sure it was a very worth while life experience and a great way to get an idea of what it's really like to bring up children!
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