Hace poco he leído “Maldito Karma”, libro que recomiendo a
todo aquel que quiera pasar un buen rato. Pero también me ha hecho reflexionar.
¿Existirá el karma? Karma: “En algunas religiones de la India, energía
derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones,
hasta que se alcanza la perfección”. No creo, pero estaría bien. Recuerdo
un poema que mis padres repetían en sus
clases de informática y que decía más o menos lo siguiente “si en la cabeza de
cada uno en lugar de pelo tuviésemos una flor, sabríamos ante qué tipo de
persona estamos, una rosa, un cardo, etc.”. Los actos positivos, la bondad, las
buenas intenciones… si todo esto además de compensarse se pudiese ver a simple
vista, ¡cuántos malos tragos nos ahorraríamos! Y si el karma existiese, ¡cuánta
gente atrapada en perros, hormigas, ratas… habría! El otro día hablaba con mi
perra y pensé “¿y si realmente pudiese entenderme?”, aunque a su manera supongo
que lo hará.
Si el karma existiese la situación sería grave. Imaginaos en
qué tipo de animales se podrían reencarnar políticos, famosos, estafadores, por
no hablar ya de maltratadores, criminales, etc. Y sólo si acumulasen buen karma
serían capaces de salir del cuerpo animal y conseguir la tranquilidad, la
felicidad.
Sin embargo, no estaría nada mal para castigar a aquellos que
no obraron bien en sus vidas humanas y recompensar a los generosos, bondadosos,
honrados, trabajadores. Esta idea me recuerda mucho al cristianismo, con el
cielo para los buenos y el infierno para los malos (aunque en este caso último
no se hable de reinserción). Y además, ¿quién es tan objetivo para valorar
nuestras acciones? ¿Buda? ¿Dios? ¿Alá? O mejor aún, ¿quién no se ha salido
alguna vez del modelo perfecto de conducta?
En resumen, que si en el mundo real en el que vivimos no hay
justicia, en otro del que no sabemos por seguro su existencia… ¡a saber!
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